Historia
Edad Moderna
Huarte de San Juan (1529-1588) Médico y filósofo español. En su obra Examen de ingenios para las ciencias (1575), se menciona “la diferencia de habilidades en los hombres, y el género de letras que a cada uno le corresponde en particular”. Se trata de una obra precursora de la psicología diferencial, la orientación profesional y la eugenesia. También hace interesantes aportaciones a la Neurología, Pedagogía, Antropología, Patología y Sociología. El filósofo Próspero Aldorisius publicó en 1611 su obra Idengraphicus Nuntius en la que explicaba como analizar una grafía. En esa obra el autor expuso una serie de axiomas relativos a la "Idengrafía", termino con el que acuñó su disciplina. En 1625 se publica la obra de Camillo Baldi (o Baldo, según otras fuentes) Trattato, Come Da Una Lettera Missiva, Si Conoscano La Natura, e qualità dello Scrittore, que es considerado el primer tratado grafológico de importancia histórica y ha sido detenidamente estudiado por el especialista estadounidense Robert Backman.
[editar] Siglos XIX y XX
En el siglo XIX, destacan los estudios del Abate Flandrin y de su discípulo Jean Hippolyte Michon. Tras años de investigación, Michon estableció las primeras reglas, y publicó Sistème de grafologie en 1871. Por eso, se lo considera el padre de la grafología moderna.
[editar] La escuela alemana
Casi a comienzos del siglo XX Crepieux Jamin la sistematizó y perfeccionó. Publicó ABC de la Grafología (1930) donde elabora un listado de especies gráficas y de cada una hace una minuciosa descripción, muestra su relación con la personalidad y las ejemplifica con varios escritos de personas conocidas, como Rousseau, Montesquieu y Beethoven. Considera la escritura como un todo, por lo que no se pueden interpretar las características del grafismo de forma aislada sin atender al conjunto. Considera que las variables gráficas han de interpretarse interrelacionándose entre sí. Introduce el concepto de ”armonía” relativo al equilibrio de los rasgos gráficos, que interpreta como indicador de equilibrio de la personalidad. Clasifica las características gráficas en géneros, especies y modos y establece un conjunto de leyes y principios que en gran medida siguen siendo usados por los grafólogos actuales. Otros libros suyos son el Tratado Práctico de Grafología y La Escritura y el Carácter.
Rudolf Pophal (1893-1966). Médico especializado en neurología. Su deseo de dar a la grafología una base científica le llevó a la búsqueda de localizaciones cerebrales del movimiento gráfico y a hipótesis sobre estructuras cerebrales que descubrimientos posteriores han descartado. En cualquier caso sus estudios y conclusiones resultan de gran valor. Su aportación básica son “Los grados de tensión-dureza” que abarcan seis posibilidades, I, II, III, IVa, IVb y V, entendiendo que el III es el más equilibrado, aunando firmeza de presión y control del movimiento. Los grados de tensión dureza que se clasifican según el grado de tensión motora, se interpretan psicológicamente ofreciendo rica información sobre la actitud vital del escritor. Defiende que la fisiología del movimiento nos enseña que la acción de la energía limita la rapidez de los movimientos por ello entiende que las formas de tensión (presión y rigidez) reducen la extensión de los movimientos; así, una débil tensión estimula la motricidad gráfica, una tensión media la acelera, fuerte la reduce, el grado máximo la perturba o inhibe. Por otro lado, la presión sería el apoyo o fuerza que se ejerce sobre la superficie gráfica, frenando la velocidad. Una tensión y una rapidez medianas constituyen pues la condición motriz óptima.
Robert Heiss(1903 -1971) Afirma que todo método que pretenda ser científico debe aclarar esencialmente dos cosas: el objeto del estudio y el principio operativo del que se vale. Observa la escritura desde tres aspectos: el movimiento que utiliza el espacio para conseguir finalmente la forma que está presente desde el comienzo del proyecto. Los tres están estrechamente enlazados pues la escritura no es un mosaico de rasgos sino un conjunto dinámico donde cada detalle tiene sentido en el conjunto. Aconseja tres etapas para el estudio de la escritura: primero una mirada, libre y disponible sobre el conjunto que nos hace percibir la fuerza o debilidad del grafismo, su pobreza o riqueza (la totalidad de la personalidad). Después, observar la escritura desde los tres ángulos y luego la interdependencia entre todos ellos . Wilhelm Müller y Alice Enskat. Su obra más conocida, Grafología Diagnóstica, cumple esencialmente dos funciones: recoger lo esencial de los métodos de Klages, Crépieux-Jamin, Pophal, Heiss, Pulver, etc. con comentarios y críticas personales, de forma clara y completa. Por otra, expone el sistema elaborado por ellos mismos. Su enfoque de la escritura comprende clasificar las variables: las analíticas valoradas en siete posibles grados y las de conjunto: relación forma/movimiento, grados de tensión, ritmo, grado de originalidad y homogeneidad. La interpretación de estas variables globales es la llave del sistema de Müller y Enskat y la parte de su trabajo que sitúa lo mejor de sus concepciones de la escritura y de la grafología
[editar] Siglo XXI
La utilización de la grafología hoy en día en,según un estudio de 2004 realizado en España del Instituto de Ciencias del Grafismo, se da en los gabinetes de recursos humanos, donde según este estudio,un 90% de estos gabinetes (España), analizan la escritura de los entrevistados, siendo mayor el grado de utilización de la grafología cuando más alto es la responsabilidad del puesto de trabajo
"La historia de la escritura es una de las aventuras más apasionantes de la humanidad, una historia larga y compleja que se confunde en la de los hombres y cuyo origen se sitúa hace 6.000 años en Oriente Medio, a orillas del Tigris y del Eufrates.
Sus episodios decisivos están anclados en lo cotidiano. Estilete, cálamo, punzón, pluma: el útil impone la forma y la forma se expande. La escritura, transmisión de una grandiosa herencia, no es sino la memoria de toda la humanidad".
Aunque la grafología gozó de cierto apoyo en la comunidad científica antes de mediados del siglo XX, los estudios más recientes han dado como resultado una nula capacidad de la grafología de describir la personalidad o predecir el rendimiento laboral.7 8 9 10 Por ello, es generalmente englobada dentro de la categoría de pseudociencias.11 12 13
[editar] Críticas
Es cierto que la escritura de cada persona acostumbrada a escribir es característica y estable. De hecho, no es difícil reconocer la escritura de una persona conocida cuya escritura se ha visto antes, teniendo incluso la firma de una persona valor legal. Aunque uno se lo proponga, resulta difícil cambiar ciertas características de la propia escritura. Sin embargo, a pesar de esos hechos no existe ninguna demostración de la afirmación de que exista una correlación estable y constante entre los rasgos de la escritura de una persona y sus rasgos de personalidad. Los críticos del uso de la grafología argumentan que la falta de evidencia empírica es una razón suficiente para no atribuirle validez fáctica alguna a la grafología. Entre las críticas concretas se pueden mencionar:
No sigue los postulados del método científico: la evidencia en la que se basa es exigua, informal, poco sólida y completamente desproporcionada en relación con el pretendido alcance de sus conclusiones. Sus resultados son difíciles de falsar, o incluso imposibles, en el sentido popperiano. Dean (1992),14 al estudiar la visión de la ciencia verdadera sobre esta cuestionada disciplina, demuestra que cuanto más compleja y exhaustiva es la revisión por pares de la que han sido objeto, cuanto más elevada es la reputación del medio publicante y cuanto más sólida la formación y antecedentes de los autores y revisores intervinientes, tanto más categórico es el rechazo a los fundamentos que basan a la grafología.
Particularmente susceptible al Efecto Barnum, el cual supone una dificultad añadida en todos los métodos que buscan la determinación objetiva de la personalidad. Véase, por ejemplo Tallent (1958)15 sobre las deficiencias de base de tales estudios y cuán fácilmente estos pueden perder la capacidad individualizadora que pretenden garantizar.
Doble ciego. Muchos de los estudios estadísticos de los grafólogos no son Doble ciego, esta crítica está relacionada con la crítica que incluye el Efecto Barnum en ella. Los estudios que sí son doble ciego demuestran la ineficacia de la grafología.16
Dependencia del tamaño de la muestra. Su grado de validez es altamente dependiente del tamaño de la muestra: las probabilidades de falla en el diagnostico se dan en relación inversa a la cantidad de individuos en el grupo relevado. Sobre este particular, véase el paper de Dean (1992)14 El autor enumera y describe los errores de diseño experimental, metodología y determinación de las premisas base cometidos por los grafólogos en los que basó su investigación.
Empleo de principios de pensamiento alegórico. Esta forma de falsa causalidad establece, por ejemplo, que un espaciado extenso entre dos letras cualesquiera muestra un carácter "retraído y aislacionista". De una mujer que escribe su apellido de soltera en letras ligeramente mayores que el de casada se deduce que "está siendo infiel a su marido". Alguien que escribe en letras grandes debe, desde luego, "pensar en grande". Quien varía el tamaño de su letra en mitad del párrafo tiene una "personalidad impredecible". Estas relaciones de causalidad no son exclusivas de la grafología, sino que caracterizan a buena parte de los métodos de determinación de la personalidad.17
Carencia absoluta de estandarización: es común que cada practicante forme su propio esquema analítico. Mientras que algunos conceptos son de uso común, existen disputas muy marcadas sobre el supuesto significado de la mayoría de los signos. Por ejemplo, un determinado rasgo interpretado por un analista como revelador de un comportamiento sádico es por el contrario visto por otro grafólogo como propio de un individuo bromista.17
Vaguedad del diagnóstico: uno de los puntos más débiles de esta disciplina es la facilidad con la que el grafólogo puede alterar las reglas de inferencia a fin de arribar al diagnóstico que considera más probable de coincidir con la realidad esperable. Formnivieau, por ejemplo, interpreta un determinado signo como positivo o negativo dependiendo del status del individuo.
Carencia de un cuerpo de datos de suficiente volumen que permita justificar las aseveraciones de causalidad entre la ocurrencia de los signos y sus manifestaciones en la psiquis. Debido a su evolución histórica fragmentaria, a su nulidad metodológica y a su resistencia a desarrollar una sistematización propia de las ciencias verdaderas, la grafología ha renunciado a acumular un volumen de información empírica que siquiera permitiera insinuar que tales relaciones causa-efecto pudieran en efecto existir.
Más de 200 estudios científicos han demostrado la inexistencia de asociación alguna entre la personalidad de un individuo y sus rasgos de escritura. Se ha sugerido que cualquier aparente capacidad de la grafología para adivinar el carácter se basa en la difusa información de género y posición social naturalmente implícitas en la forma y trazado de las letras.18 19
En 17 estudios científicos sobre el uso de la grafología en ámbitos empresariales, se ha demostrado la completa inutilidad de esta técnica para predecir el rendimiento laboral de los candidatos.18
En su investigación, Rafaeli y Klimoski (1983)20 no encontraron ninguna evidencia de validez en la grafología para predecir el éxito en vendedores.
La Sociedad de Psicólogos Industriales de Holanda consideró 2250 diagnósticos grafológicos y concluyó que «la grafología como método es altamente cuestionable y con mínima probabilidad de valor práctico»21
King y Koehler reunieron a un grupo de voluntarios sin conocimiento alguno sobre grafología, y les pidieron que intentaran determinar la personalidad de determinados redactores (a quienes no conocían) basándose en sus escritos. La coincidencia de sus diagnósticos con los de grafólogos profesionales fue asombrosa, no sólo en los resultados concretos sino en la metodología empleada: intuitivamente asignaban cualidades de personalidad según los signos que metafóricamente la escritura parecía indicar; por ejemplo un trazo ascendente era asociado con una mentalidad optimista. Los investigadores, entonces, seleccionaron a redactores cuyas personalidades eran diametralmente opuestas a lo que su escritura parecía indicar, por ejemplo individuos de carácter pesimista pero que escribían con trazo ascendente. Los voluntarios continuaron diagnosticando cualidades de optimismo en este caso. Estos hallazgos confirman una de las principales objeciones hechas a esta disciplina: dada la habilidad intuitiva que tienen la mayoría de los legos para arribar a las mismas conclusiones que los profesionales, resulta sencillo para cualquiera el alterar la forma de su escritura de manera de dirigir al practicante al diagnóstico deseado, lo cual invalida de raíz la presunta capacidad predictiva de la grafología.18
En 1987, un estudio llevado a cabo por Furnham y Gunter demostró que la grafología era incapaz de predecir el puntaje en el test de Eysenk con base en muestras de escritura del mismo grupo relevado22 En 1988, otro estudio llevado a cabo con un grupo de grafólogos determinó que estos no eran capaces de predecir las puntuaciones del test Myers-Briggs a partir de las muestras de escritura proporcionadas.23 En 1982, un metaanálisis de 200 estudios concluyó que la grafología era incapaz de predecir ningún rasgo de personalidad en ningún test.24
Una de las defensas comunes de la grafología es que se desarrolla software para analizar la escritura y a través de ella conocer la personalidad de una persona, cuando, si el análisis grafológico de por sí no sirve, pasarlo a software no va a hacer que sí.
A pesar del mito que repiten sus defensores de que la caligrafía es ampliamente usada por los gabinetes de RR.HH. para la selección de personal, dicha afirmación ha demostrado ser falsa.25
[editar] Defensa
Los defensores argumentan, sobre todo, que la escritura es una expresión de la personalidad y no algo arbitrario y sin significado. Entre los que practican la grafología es común apoyarse en la evidencia anecdótica, es decir, de aquella que «ve» una concordancia entre lo diagnosticado y lo observado por uno mismo. Empero, esta evidencia no sirve para comprobar la validez científica de una técnica. Con todo, la grafología también ha sido objeto de no pocas investigaciones, con tratamiento estadístico. Por ejemplo:
Augusto Vels en su obra Escritura y Personalidad (1961), sistematiza y ordena el conjunto de signos gráficos y su significado. Su discípulo Mauricio Xandró, en el libro Grafología superior (1973) relata haber hecho, durante años, contrastes de sus diagnósticos grafológicos con entrevistas y tests psicológicos como el Rorschach, Machover y TAT. Es muy importante la contribución del matemático, psiquiatra y psicólogo franco-canadiense Jean-Charles Gille-Maisani a la grafología actual.
Lester (1983),26 examinando los resultados de numerosos estudios, concluyó que «la mayoría de los estudios atestigua la validez y la fiabilidad de los grafólogos. Y a partir del momento en que haya suficientes estudios que demuestren la corrección de los juicios grafológicos de las personas analizadas, y parece que los hay suficientes, hay que aceptar que los resultados grafológicos pueden ser válidos.»27
Desde el comienzo de la humanidad los hombres buscaron medios que perpetuaran su memoria. En los tiempos prehistóricos dibujaban en las paredes de las cavernas y grababan signos como marca de posesión en piedras y objetos.
Compusieron odas y poesías que cantaban en las celebraciones y de este modo se trasmitían de generación en generación.
La evolución del alfabeto involucra dos importantes acontecimientos. El primero fue el de un grupo de los pueblos semitas, los fenicios, en la orilla este del Mediterráneo, entre 1700 y 1500 A.C., que inventaron el alfabeto consonántico (desprovisto de vocales).
El segundo fue una invención de los griegos que agregaron los caracteres que representaban las vocales (800 y 700 A.C.), añadiendo precisión a la escritura.
La muestra más antigua del alfabeto fenicio es una estela descubierta en Siria, en la que se celebra la liberación del Rey de Mesa.
La puntuación se atribuye a Aristófanes de Bizancio, que la colocó para facilitar la escritura de Homero (260 A.C.), porque hasta ese momento no se separaban las palabras entre sí, haciendo muy dificultosa la lectura.
El jeroglífico, embrión de la escritura, fue descifrado gracias a Champollion, que encontró la Piedra Roseta, mezcla de signos alfabéticos combinados con ideogramas.
En el transcurso de la historia muchos son los que han estado interesados en la relación que existe entre el texto manuscrito y la personalidad del que lo escribe.
El primer tratado sobre este tema data de 1622 y los esfuerzos por la sistematización de la Grafología comenzaron en 1872, con el trabajo del Abad francés Juan Hipólito Michon, que dio nombre y sustancia a la Grafología.
Tanto Michon como su compatriota Jules Crepieux-Jamin desarrollaron la Escuela de los Signos aislados, que pretendía relacionar elementos específicos de la escritura con rasgos de personalidad concretos.
En 1904 el filósofo alemán Ludwig Klages formuló la hipótesis de que la escritura a mano es un movimiento expresivo, similar a la gesticulación, a la forma de andar o la expresión facial, y postuló un principio unificador llamado ritmo.
Influido por el trabajo de Klages, el grafólogo suizo Max Pulver, amplió sus investigaciones analizando otra dimensión de la escritura, la profundidad y estudió los ornamentos de la caligrafía, interpretándolos como símbolos a la luz de la teoría del psicoanálisis.
En la actualidad la Grafología Científica tiene por objeto el estudio de la personalidad en todos sus aspectos a través del análisis de las formas y movimientos espaciales de la escritura manuscrita.
Sus aplicaciones son numerosas debido a que es el Test Proyectivo del que más abundancia de datos se puede extraer.
Orientación psicológica: El acercamiento a la personalidad, posibilita el trabajo del psicólogo, psicopedagogo o docente. Este último tiene la posibilidad de verificar diariamente las características de la escritura de sus alumnos, pudiendo encauzar o alentar características sobresalientes de la personalidad.
Selección de personal: Actualmente la mayoría de las consultoras cuentan con grafólogos que solicitan cartas manuscritas en el currículum a través de avisos clasificados, para determinar el perfil adecuado al puesto solicitado.
Orientación profesional o vocacional: Para adolescentes que buscan orientar su futuro y elegir la carrera que más se adapte a su personalidad.
Propio conocimiento y perfeccionamiento: Alcanzar un conocimiento más profundo de nuestros defectos y virtudes.
Compatibilidad de grupos o parejas: Conocer las similitudes y diferencias que hacen a la pareja o de sus integrantes.
Ciencias médicas: Es utilizada por homeópatas y psicólogos para el estudio y seguimiento de sus pacientes.
Grafopatología: A través de las distintas zonas de la escritura se pueden detectar problemas patológicos de diversa índole.
Grafoterapia: Modificando metódicamente ciertos rasgos de la escritura, es posible revertir determinadas características de la personalidad.
Aunque la grafología gozó de cierto apoyo en la comunidad científica antes de mediados del siglo XX, los estudios más recientes han dado como resultado una nula capacidad de la grafología de describir la personalidad o predecir el rendimiento laboral.7 8 9 10 Por ello, es generalmente englobada dentro de la categoría de pseudociencias.11 12 13
[editar] Críticas
Es cierto que la escritura de cada persona acostumbrada a escribir es característica y estable. De hecho, no es difícil reconocer la escritura de una persona conocida cuya escritura se ha visto antes, teniendo incluso la firma de una persona valor legal. Aunque uno se lo proponga, resulta difícil cambiar ciertas características de la propia escritura. Sin embargo, a pesar de esos hechos no existe ninguna demostración de la afirmación de que exista una correlación estable y constante entre los rasgos de la escritura de una persona y sus rasgos de personalidad. Los críticos del uso de la grafología argumentan que la falta de evidencia empírica es una razón suficiente para no atribuirle validez fáctica alguna a la grafología. Entre las críticas concretas se pueden mencionar:
No sigue los postulados del método científico: la evidencia en la que se basa es exigua, informal, poco sólida y completamente desproporcionada en relación con el pretendido alcance de sus conclusiones. Sus resultados son difíciles de falsar, o incluso imposibles, en el sentido popperiano. Dean (1992),14 al estudiar la visión de la ciencia verdadera sobre esta cuestionada disciplina, demuestra que cuanto más compleja y exhaustiva es la revisión por pares de la que han sido objeto, cuanto más elevada es la reputación del medio publicante y cuanto más sólida la formación y antecedentes de los autores y revisores intervinientes, tanto más categórico es el rechazo a los fundamentos que basan a la grafología.
Particularmente susceptible al Efecto Barnum, el cual supone una dificultad añadida en todos los métodos que buscan la determinación objetiva de la personalidad. Véase, por ejemplo Tallent (1958)15 sobre las deficiencias de base de tales estudios y cuán fácilmente estos pueden perder la capacidad individualizadora que pretenden garantizar.
Doble ciego. Muchos de los estudios estadísticos de los grafólogos no son Doble ciego, esta crítica está relacionada con la crítica que incluye el Efecto Barnum en ella. Los estudios que sí son doble ciego demuestran la ineficacia de la grafología.16
Dependencia del tamaño de la muestra. Su grado de validez es altamente dependiente del tamaño de la muestra: las probabilidades de falla en el diagnostico se dan en relación inversa a la cantidad de individuos en el grupo relevado. Sobre este particular, véase el paper de Dean (1992)14 El autor enumera y describe los errores de diseño experimental, metodología y determinación de las premisas base cometidos por los grafólogos en los que basó su investigación.
Empleo de principios de pensamiento alegórico. Esta forma de falsa causalidad establece, por ejemplo, que un espaciado extenso entre dos letras cualesquiera muestra un carácter "retraído y aislacionista". De una mujer que escribe su apellido de soltera en letras ligeramente mayores que el de casada se deduce que "está siendo infiel a su marido". Alguien que escribe en letras grandes debe, desde luego, "pensar en grande". Quien varía el tamaño de su letra en mitad del párrafo tiene una "personalidad impredecible". Estas relaciones de causalidad no son exclusivas de la grafología, sino que caracterizan a buena parte de los métodos de determinación de la personalidad.17
Carencia absoluta de estandarización: es común que cada practicante forme su propio esquema analítico. Mientras que algunos conceptos son de uso común, existen disputas muy marcadas sobre el supuesto significado de la mayoría de los signos. Por ejemplo, un determinado rasgo interpretado por un analista como revelador de un comportamiento sádico es por el contrario visto por otro grafólogo como propio de un individuo bromista.17
Vaguedad del diagnóstico: uno de los puntos más débiles de esta disciplina es la facilidad con la que el grafólogo puede alterar las reglas de inferencia a fin de arribar al diagnóstico que considera más probable de coincidir con la realidad esperable. Formnivieau, por ejemplo, interpreta un determinado signo como positivo o negativo dependiendo del status del individuo.
Carencia de un cuerpo de datos de suficiente volumen que permita justificar las aseveraciones de causalidad entre la ocurrencia de los signos y sus manifestaciones en la psiquis. Debido a su evolución histórica fragmentaria, a su nulidad metodológica y a su resistencia a desarrollar una sistematización propia de las ciencias verdaderas, la grafología ha renunciado a acumular un volumen de información empírica que siquiera permitiera insinuar que tales relaciones causa-efecto pudieran en efecto existir.
Más de 200 estudios científicos han demostrado la inexistencia de asociación alguna entre la personalidad de un individuo y sus rasgos de escritura. Se ha sugerido que cualquier aparente capacidad de la grafología para adivinar el carácter se basa en la difusa información de género y posición social naturalmente implícitas en la forma y trazado de las letras.18 19
En 17 estudios científicos sobre el uso de la grafología en ámbitos empresariales, se ha demostrado la completa inutilidad de esta técnica para predecir el rendimiento laboral de los candidatos.18
En su investigación, Rafaeli y Klimoski (1983)20 no encontraron ninguna evidencia de validez en la grafología para predecir el éxito en vendedores.
La Sociedad de Psicólogos Industriales de Holanda consideró 2250 diagnósticos grafológicos y concluyó que «la grafología como método es altamente cuestionable y con mínima probabilidad de valor práctico»21
King y Koehler reunieron a un grupo de voluntarios sin conocimiento alguno sobre grafología, y les pidieron que intentaran determinar la personalidad de determinados redactores (a quienes no conocían) basándose en sus escritos. La coincidencia de sus diagnósticos con los de grafólogos profesionales fue asombrosa, no sólo en los resultados concretos sino en la metodología empleada: intuitivamente asignaban cualidades de personalidad según los signos que metafóricamente la escritura parecía indicar; por ejemplo un trazo ascendente era asociado con una mentalidad optimista. Los investigadores, entonces, seleccionaron a redactores cuyas personalidades eran diametralmente opuestas a lo que su escritura parecía indicar, por ejemplo individuos de carácter pesimista pero que escribían con trazo ascendente. Los voluntarios continuaron diagnosticando cualidades de optimismo en este caso. Estos hallazgos confirman una de las principales objeciones hechas a esta disciplina: dada la habilidad intuitiva que tienen la mayoría de los legos para arribar a las mismas conclusiones que los profesionales, resulta sencillo para cualquiera el alterar la forma de su escritura de manera de dirigir al practicante al diagnóstico deseado, lo cual invalida de raíz la presunta capacidad predictiva de la grafología.18
En 1987, un estudio llevado a cabo por Furnham y Gunter demostró que la grafología era incapaz de predecir el puntaje en el test de Eysenk con base en muestras de escritura del mismo grupo relevado22 En 1988, otro estudio llevado a cabo con un grupo de grafólogos determinó que estos no eran capaces de predecir las puntuaciones del test Myers-Briggs a partir de las muestras de escritura proporcionadas.23 En 1982, un metaanálisis de 200 estudios concluyó que la grafología era incapaz de predecir ningún rasgo de personalidad en ningún test.24
Una de las defensas comunes de la grafología es que se desarrolla software para analizar la escritura y a través de ella conocer la personalidad de una persona, cuando, si el análisis grafológico de por sí no sirve, pasarlo a software no va a hacer que sí.
A pesar del mito que repiten sus defensores de que la caligrafía es ampliamente usada por los gabinetes de RR.HH. para la selección de personal, dicha afirmación ha demostrado ser falsa.25
[editar] Defensa
Los defensores argumentan, sobre todo, que la escritura es una expresión de la personalidad y no algo arbitrario y sin significado. Entre los que practican la grafología es común apoyarse en la evidencia anecdótica, es decir, de aquella que «ve» una concordancia entre lo diagnosticado y lo observado por uno mismo. Empero, esta evidencia no sirve para comprobar la validez científica de una técnica. Con todo, la grafología también ha sido objeto de no pocas investigaciones, con tratamiento estadístico. Por ejemplo:
Augusto Vels en su obra Escritura y Personalidad (1961), sistematiza y ordena el conjunto de signos gráficos y su significado. Su discípulo Mauricio Xandró, en el libro Grafología superior (1973) relata haber hecho, durante años, contrastes de sus diagnósticos grafológicos con entrevistas y tests psicológicos como el Rorschach, Machover y TAT. Es muy importante la contribución del matemático, psiquiatra y psicólogo franco-canadiense Jean-Charles Gille-Maisani a la grafología actual.
Lester (1983),26 examinando los resultados de numerosos estudios, concluyó que «la mayoría de los estudios atestigua la validez y la fiabilidad de los grafólogos. Y a partir del momento en que haya suficientes estudios que demuestren la corrección de los juicios grafológicos de las personas analizadas, y parece que los hay suficientes, hay que aceptar que los resultados grafológicos pueden ser válidos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)